A treinta años de la Declaración de Beijing, los datos revelan que la igualdad de género en la política global sigue siendo más promesa que realidad. Según el informe conjunto de la Unión Interparlamentaria (UIP) y ONU Mujeres, al iniciar 2025 los avances en representación femenina en cargos de liderazgo político no solo han sido lentos, sino que en algunos casos han retrocedido.
Representación estancada en los gobiernos
La participación de mujeres en parlamentos nacionales aumentó apenas 0,3 puntos porcentuales en un año, alcanzando el 27,2 %. Sin embargo, en puestos de gobierno, el porcentaje de mujeres disminuyó de 23,3 % a 22,9 %, una tendencia que evidencia la fragilidad de los avances logrados.
Aún más alarmante es la realidad de que solo 25 países tienen actualmente a una mujer como jefa de Estado o de Gobierno, mientras que 106 países nunca han tenido una. La desigualdad no solo se mantiene, sino que se institucionaliza, especialmente fuera de Europa.
El sesgo de género en los gabinetes ministeriales
Las mujeres siguen siendo mayoritarias solo en carteras asociadas a género, inclusión y asuntos sociales, donde representan hasta 86,7 % de los cargos. En contraste, los sectores con mayor influencia política y económica —como defensa, finanzas o asuntos internos— siguen controlados por hombres en más del 80 % de los casos.
Este patrón no responde únicamente a decisiones políticas coyunturales, sino a estructuras persistentes que siguen limitando el acceso de las mujeres al poder real.
¿Dónde se avanza?
Aunque el panorama global es desigual, hay focos de progreso. Países como Nicaragua, Finlandia, Islandia, España y el Reino Unido han alcanzado o superado el 50 % de representación femenina en sus gabinetes ministeriales. No obstante, esto representa un retroceso frente a 2024, cuando 15 países alcanzaron ese umbral; ahora solo son 9.
En América Latina, los porcentajes aún son bajos, pero superiores al promedio global. La región reporta un 30,4 % de ministras, cifra cercana a Europa (31,4 %), pero muy por encima de regiones como Asia Central (9 %) o las islas del Pacífico (10,2 %).
Una democracia incompleta
Para ONU Mujeres, el retroceso no puede entenderse como un simple bache estadístico. Sima Bahous, directora ejecutiva, fue clara: “No podemos aceptar un mundo donde la mitad de la población sea sistemáticamente excluida de la toma de decisiones.” La solución está identificada: cuotas de género, reformas electorales y voluntad política real.
La brecha de género en la política no es un problema simbólico: tiene consecuencias reales en las prioridades legislativas, la distribución de recursos y la calidad democrática. La evidencia muestra que los parlamentos y gobiernos con mayor equilibrio de género tienden a ser más representativos, transparentes y sensibles a los desafíos sociales.
Fuente citada:
ONU Mujeres – Las funciones de liderazgo político en 2025: continúa el predominio de los hombres
