La inteligencia artificial ya no es promesa: es práctica cotidiana. El 78 % de las empresas ya aplica IA en al menos una función del negocio, aunque solo el 12 % ha logrado escalarla con éxito (McKinsey, 2025). Esto plantea una pregunta relevante: ¿cómo puede el liderazgo acompañar mejor estos avances?
Hoy, los equipos están más preparados para adoptar IA de lo que muchos imaginan. Según McKinsey (2024), los colaboradores triplican el nivel de uso de IA generativa estimado por sus líderes. Mientras solo el 4 % de los ejecutivos cree que sus equipos la usan a diario, el 13 % de los propios colaboradores afirma hacerlo.
Esta brecha de percepción no es una crítica, sino una oportunidad: la de alinear visiones, empoderar mejor a los equipos y acompañar con claridad en un momento de transformación real.
El liderazgo también evoluciona
El concepto de liderazgo ha cambiado profundamente. Ya no se trata solo de dirigir desde la autoridad, sino de guiar desde el acompañamiento, facilitando el desarrollo de las personas y conectando con sus motivaciones. La IA no reemplaza ese rol: lo transforma. Hoy, liderar implica integrar nuevas tecnologías sin perder el foco humano. El desafío no es técnico, sino estratégico y cultural (Triangility, 2024).
Internet fue el primer aviso. La IA es el segundo, pero va más rápido.
Cuando llegó internet al mundo laboral, no todos entendían lo que iba a pasar. Pero bastó que algunos líderes captaran lo esencial, sin ser técnicos, para empezar a tomar mejores decisiones antes que los demás. Esa pequeña ventaja, con el tiempo, se volvió enorme.
Con la inteligencia artificial está ocurriendo algo muy parecido, pero a una velocidad mucho más acelerada. Hoy, las organizaciones más adelantadas están probando herramientas, ajustando procesos y aprendiendo sobre la marcha. Están explorando. Pero pronto, lo aprendido se convertirá en una ventaja difícil de igualar para quienes empiecen más tarde.
Este es un momento valioso para quienes buscan comprender cómo aprovechar esta tecnología sin perder el foco humano.
1. Liderar con enfoque: la IA necesita dirección clara
Las empresas que integran IA con una visión estratégica logran 3.7 veces más retorno por cada dólar invertido (Accenture, 2024). No se trata de implementar herramientas por tendencia, sino de alinear cada decisión con el propósito del negocio. Ahí es donde el liderazgo marca la diferencia.
Además, la IA ya puede actuar como un asistente que analiza datos en tiempo real y ofrece recomendaciones. Pero quien decide sigue siendo el líder. La clave está en usar la tecnología como apoyo, no como sustituto (Triangility, 2024).
2. Guiar la automatización con criterio estratégico
El 78 % de las empresas ya automatiza tareas con IA (McKinsey, 2024), y los colaboradores que la utilizan ahorran 1 hora diaria. (Forbes Perú, 2024)
Pero sin una guía clara, esos avances pueden fragmentarse. Según McKinsey (2024), más del 22 % de los equipos no siente estar recibiendo el apoyo necesario para aplicar IA. La oportunidad está en acompañar con visión, entendiendo dónde sumar valor desde el liderazgo.
Automatizar libera tiempo para lo que más importa: la planificación estratégica, el desarrollo de ideas innovadoras y, sobre todo, el acompañamiento personalizado a los equipos (Triangility, 2024).
3. Acompañar el uso de IA generativa dentro del equipo
El 65 % de las empresas ya aplica IA generativa en tareas reales (McKinsey, 2024), y quienes la usan bien incrementan hasta en un 40 % su rendimiento (MIT Sloan, 2023).
Lo interesante es que, en muchos casos, ese uso ocurre de forma más extendida de lo que los líderes estiman. McKinsey (2024) muestra que los colaboradores tienen tres veces más probabilidades de usar IA que lo que creen sus directivos.
Acompañar ese proceso —sin controlarlo ni frenarlo— permite fortalecer la relación con el equipo y orientar mejor los resultados.
4. Pasar de dashboards a decisiones con impacto
Las organizaciones con mayor madurez analítica toman decisiones cinco veces más rápido (Deloitte, 2023), y usar IA en procesos puede reducir errores hasta en un 30 % (PwC, 2023).
La clave ya no es solo tener datos. Es fortalecer el criterio estratégico para interpretarlos, priorizar y decidir con confianza.
Además, la IA permite reconocer patrones invisibles para el ojo humano, y abre nuevas posibilidades de análisis. Pero mantener el equilibrio entre precisión tecnológica e intuición humana es ahora parte del rol del líder (Triangility, 2024).
5. Impulsar el entusiasmo generacional
Los millennials entre 35 y 44 años —muchos ya en roles de liderazgo— son quienes más experiencia y apertura muestran hacia la IA (McKinsey, 2024). El 90 % se siente cómodo usándola y el 62 % tiene conocimientos avanzados.
Muchos de ellos ya actúan como punto de referencia para sus equipos. Potenciar ese entusiasmo y transformarlo en capacidades organizacionales puede ser una de las decisiones más efectivas desde el liderazgo.
6. Entender y cerrar la brecha de percepción
Hoy, el 47 % de los colaboradores cree que usará IA generativa en más del 30 % de su trabajo diario dentro de un año. Solo el 20 % de los ejecutivos opina igual (McKinsey, 2024).
No se trata de ir detrás, sino de sincronizar el ritmo. Los equipos valoran el acompañamiento, la claridad y la confianza en el camino que están recorriendo.
Las habilidades que ahora definen al liderazgo
La integración de la IA ha reordenado las prioridades del liderazgo. Algunas competencias se vuelven aún más relevantes:
- Pensamiento crítico: para evaluar con criterio los datos y recomendaciones que provee la IA.
- Inteligencia emocional: para mantener empatía, comunicación efectiva y relaciones humanas sólidas en entornos más digitalizados.
- Flexibilidad y aprendizaje continuo: para adaptarse a nuevas herramientas y formas de trabajo con rapidez.
- Visión estratégica: para alinear el uso de IA con los objetivos de largo plazo.
- Responsabilidad ética: para garantizar el uso justo y transparente de la IA, protegiendo los datos y evitando sesgos (Triangility, 2024).
Este es un buen momento para tomar el mando
La IA ya forma parte de las organizaciones. Tal vez no siempre se visibilice, pero los equipos están explorando, probando y adaptándola a su día a día.
Liderar con IA no exige ser experto técnico. Exige claridad para hacer las preguntas correctas, visión para alinear decisiones y confianza para guiar al equipo con propósito.
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