Casi el 40% de las habilidades que hoy dominamos quedarán obsoletas antes de 2030.
Y sin embargo, en muchos espacios seguimos enseñando como si nada estuviera cambiando.
La pregunta incómoda que todo educador (y toda organización) debería hacerse
Hace poco, un informe global sobre el futuro del trabajo volvió a poner sobre la mesa una duda que incomoda tanto a docentes como a líderes organizacionales:
¿Lo que estamos enseñando hoy tendrá sentido en cinco años?
El reporte —basado en más de 1,000 empleadores de 55 países— no deja mucho espacio para el optimismo inmóvil:
- 39% de las habilidades actuales quedarán obsoletas antes de 2030.
- 59 de cada 100 personas necesitarán capacitarse para seguir siendo empleables.
- Y el mayor obstáculo para adaptarse… no es tecnológico, sino humano: la falta de habilidades clave.
Las habilidades que vienen (y las que se van)
El informe del World Economic Forum destaca las competencias que más crecerán en demanda en los próximos años:
- Pensamiento analítico y creativo
- Resiliencia, flexibilidad y agilidad
- Liderazgo e influencia social
- Curiosidad y aprendizaje continuo
- Alfabetización tecnológica, IA y big data
En paralelo, vemos caer la relevancia de habilidades manuales, funciones repetitivas y puestos administrativos tradicionales.
No es solo un problema del futuro
La transformación ya está en curso.
El 85% de las empresas encuestadas planea invertir en reskilling o upskilling de sus equipos.
Y la mitad espera reorientar su negocio en respuesta directa al avance de la inteligencia artificial.
¿Seguimos enseñando para el examen… o para el mundo real?
En contextos donde se mide más la cantidad de tareas que la calidad del aprendizaje, es fácil caer en el espejismo de la cobertura curricular.
Pero la verdadera pregunta es:
¿Estamos formando profesionales capaces de adaptarse, aprender y liderar en entornos inciertos?
Educar no es repetir contenidos. Es preparar para lo que no podemos prever.
Enseñar hoy exige algo más que manejar una materia.
Exige entender el contexto global, traducir tendencias en habilidades prácticas y diseñar experiencias de aprendizaje que preparen para realidades que aún no existen.
Y eso implica rediseñar:
- Cómo formamos líderes en contextos de cambio.
- Cómo conectamos lo técnico con lo humano.
- Cómo hacemos que la educación sea un espacio de transformación real y no de reproducción pasiva.
Hacia una nueva educación organizacional
Este debate no aplica solo al sistema educativo tradicional.
Cada organización es también una comunidad de aprendizaje.
Y lo que hoy se enseña (o no) dentro de los equipos impactará directamente en su capacidad para adaptarse, innovar y crecer.
Por eso, repensar los modelos de formación es también una decisión estratégica.
No se trata de cursos aislados.
Se trata de alinear la cultura, las habilidades y las decisiones al futuro que ya empezó.
Nota basada en el Future of Jobs Report 2025 del World Economic Forum.